¡Cuán importantes son los niños en cualquier hogar!, sin exagerar, representan la alegría en cualquier familia, por lo tanto, eso los hace merecedores de todo lo mejor, y esa es la motivación de esta publicación, o sea, poder reflejar en palabras lo que siente cada padre por los niños de su casa.
Creo que la mejor nota literaria que podría dedicarle a un niño, es exclamar: ¡Vivan los niños!, tal cual como lo hacemos para exaltar la admiración por alguna figura pública (estrella del espectáculo, deportista, político, etc), o cuando exaltamos sentimientos hacia algo, como por ejemplo cuando alguien grita: ¡Viva la patria!, y reflexionando que los niños son el futuro de la patria, se observa que es más que merecido expresar nuestra emoción hacia ellos; oportuno sea exclamar: ¡Vivan mis hijos!.
Los niños llenan de sonrisa nuestra casa. Ellos se ríen por todo, y con todos, de hecho, ese es el signo de que gozan de buena salud, por tanto, son una agradable nota de la buena salud del hogar. Un hogar sin risas es anímicamente un hogar apagado, aburrido, triste, y eso lo rompen los niños con sus risas. Y no se si piensan igual que yo, pero ¡cuán hermosas son las sonrisas de un bebecito en una casa!, llenando no sólo de alegría el ambiente sino también de ternura; como también son tiernas todas las muecas y gestos de esos bebecitos lindos.
Los niños se distraen con la maravilla de los juegos, y nos recuerda nuestra época de niños, y lo saludable que era el divertirse en tanto juego sano. Lamentablemente son muchas las personas que han perdido su capacidad de divertirse, porque se han dejado absorber por los afanes de hacer dinero, para proveer todo lo necesario para sus hogares.
Pero mientras haya niños en una casa, llámese hijos, nietos o sobrinos, nunca faltará el hermoso mensaje emocional de las risas y la diversión, e incluso, es tan maravillosa esa energía tan típica de los niños, que en cualquier parte donde ellos estén transmiten esa fuerza vitalizante de la alegría, es decir, sea el colegio, un stadium, un supermercado, un cine, para un niño no existe diferencia física, lo único que sabe es divertirse y reírse, ...¡y con ellos nos divierten a nosotros!.
A las personas de la tercera edad les son particularmente indispensables la compañía de sus nietecitos, por cuanto la alegría tierna de esos niños, ocupa emocionalmente a los abuelos en agradables faenas de divertirse mútuamente con el niño, acompañándolo en el juego, participando en su fantasía traviesa, y eso tiene un alto valor emocional para los abuelos.
Y luego hay que referir esa hermosa amistad del niño y su mascota, en la que ambos se brindan mútuas alegrías, dando a la casa un ambiente especial por las jugarretas de los niños con sus mascotas. A todo niño le encanta tener alguna mascota, con la cual jugar y hacerla partícipe de sus fantasías, disfrazándola, llevándola a pasear, etc.
Es probable que me haya quedado corto en esa necesidad de expresar la energética carga de alegría y diversión de cualquier niño en un hogar. Hay personas para quienes esa energía se les hace molesta, por el stress de sus trabajos, pero, estoy seguro que esas personas representan una minoría. Todo quien tiene niños en su hogar, debe considerarse afortunado y lo invito a exclamar: ¡Vivan los niños!, y sólo puedo finalizar con un AMÉN.
"¡Vivan los NIÑOS de cualquier nacionalidad, raza, religión o idioma!"
