Hay un binomio familiar-afectivo muy importante: el formado por niños y abuelos. Ambos se necesitan: por un lado, los abuelos necesitan a sus nietos, para anidar en ellos ese afecto dorado que todavía se conserva en sus corazones, y que está siempre dispuesto a ser compartido, con nietos y muchas otras personas. Y por el lado de los nietos, pues ellos requieren del cuidado y afecto de sus abuelos, porque la época moderna la caracteriza la necesidad de la mujer de salir a trabajar, no sólo para colaborar con el presupuesto familiar, sino para desarrollarse como profesional, situación que le impone la urgencia de recurrir a los abuelos para que secunden el cuidado de los hijos. Por tanto, está de tu parte como padre o como madre, crear las condiciones propicias para que este binomio afectivo funcione a plenitud.