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domingo, 7 de agosto de 2016

He aquí las palabras y modales para forjar una buena educación.

No es comentario de viejos, ni cliché despectivo a la generación actual, pero sucede que de verdad que se han perdido lo que antaño nuestros padres solían llamar "las buenas costumbres" que daban la elegancia de la buena educación en quien las adoptaba como normas de vida. En esta publicación dedico unas reflexiones al respecto, que espero sean escuchadas y puestas en práctica por quienes son asiduos seguidores de este blog.
Tuve la dificultad inicial de decidir en cual de mis blogs plasmar la preocupación con la que inicié este post, y, pensando que todo se inicia en la educación que recibimos en la edad infantil, a nivel familiar y escolar, decidí "regalar" a maestros y padres las reflexiones que expongo de seguido.
Sucede que recientemente conversaba con una mujer de modales muy deprimentes y vocabulario exageradamente decadente tanto por morbo como por vulgaridad, y al preguntarle si alguna vez había pensado cambiar esos modales tan grotescos, su respuesta fue: "cuando muera quizás" reflejando esa respuesta la descortesía y falta de educación de una mujer "que no tuvo la suerte de ser moldeada por sabias manos que ilustraran los mejores modales sociales".
Puedo decir que en el cielo o en el infierno los modales no valen un pepino, lo único que vale allí es la Sangre de Jesús regeneradora de tu corazón previa aceptación personal como único y suficiente Salvador personal (empero, esto es tema para otra publicación ú otro blog).

Por eso, abundan en las redes Sociales (Facebook, twitter, Whats ap, instagran) las imágenes donde se trata de rescatar el uso del protocolo mínimo de buena educación, que comienza y se nota en el lenguaje educado que le es pertinente.
Retomando, hay palabras que son parte de lo que llamaríamos PROTOCOLO SOCIAL que no deberían faltar en ninguna persona, porque muestran no sólo su nivel de educación sino porque el apego a ese LENGUAJE EDUCADO genera en el subconciente de la persona la adopción de lo que llamemos BUENOS MODALES. En el caso de la mujer del ejemplo, su vocabulario vulgar no tiene nada que envidiar a las vulgaridades de cualquier hombre callejero y vulgar, y ese vocabulario programa inconcientemente su personalidad a corresponderse con conductas muy bajas en cuanto a gestos y modales.
Por otra parte, además de lo que he llamado el LENGUAJE EDUCADO, también hay que destacar que existen MODALES EDUCADOS que se corresponden con dicho lenguaje, y que son pieza clave para emitir un juicio cualitativo favorable y positivo acerca de una persona; no obstante, "recordando" lo planteado en la introducción, esos modales parecen haber quedado en el olvido porque incluso profesionales que además exhiben títulos de doctorado incluso avalados con excelentes calificaciones no obstante, tales conocimientos son paradójicos a ausencia de modales básicos.
Me respondía cierta persona que conozco que trabaja en la Universidad del Zulia a la falta de educación de no responder los buenos días, que "ni aún los profesores en la Universidad" responden los buenos días, ilustrando este ejemplo lo expuesto en el párrafo anterior y sirviendo de plataforma racional para puntualizar el efecto negativo de un mal modelo social, porque es un MODELO SOCIAL NEGATIVO el que profesionales evidencien tan poca urbanidad en sus interacciones cotidianas.
Para resumir mi exposición, expongo una marquesina de imágenes donde resumo las palabras que tradicionalmente se han considerado el cánon básico y primario de una buena educación, y son las siguientes:

Quiero destacar que la anterior marquesina por sí misma originaría una larga publicación de comentarios acerca de las palabras allí expuestas, no obstante, me abstengo para evitar cansancio cognitivo, y me conformo con su simple enunciación, que de por sí ya considero suficiente aporte.
Empero, si quisiera agregar que no por estar esas imágenes en un blog orientado a la formación en la edad inicial de una persona, no significa que carezcan de validez para los adultos. Observa cada imagen y confirmarás su vigencia y aplicación en todos los ámbitos de la vida, porque cada palabra educada allí expuesta es de imprescindible empleo en tu casa, en tu vecindario, en el trabajo, en el matrimonio, en tu círculo de amigos y familiares, ... ¡pero no en el cielo ni mucho menos en el infierno!.

Quiero mencionar que conversaba con una amiga cuya preocupación es forjar en su hija la personalidad de una mujer con una educación contraria a modales masculinos que su hija exhibe. No obstante, esa madre en su forma de hablar recurre a un vocabulario muy adornado con palabras obcenas que ella no acata a darse cuenta que el lenguaje va en correspondencia con los gestos, quiero decir, a un vocabulario vulgar lo sazonan gestos ordinarios, y, lo lamentable es que esa madre se convierte en modelo negativo para su hija, de manera que quien primero debe cambiar es la misma madre, y, esta reflexión está a tono con la necesidad de puntualizar que el forjamiento de buenos modales requiere de modelos positivos que sirvan de espejo a los hijos o educandos. No olvidemos aquello de que "se conoce al viajero por su equipaje" y el lenguaje vulgar sería esa mochila desaliñada que guarda "pertenencias (emocionales)" de muy poco valor, o al menos, esa es la impresión que da a los demás.

En continuación con lo anterior, la imagen expuesta ilustra algo más lo ya planteado: Se ha perdido ese "manual de modales educados" que recibíamos de nuestros padres, y, siendo la mujer el pilar moral de todo hogar, resulta grave que en lugar de aprender artes para ser buena esposa y madre, lo que aprende es la capacidad para beber más que el hombre y una total indiferencia a un lenguaje educado.
Y, si bien la mujer cumple un rol importantísimo en la formación moral de los hijos, en el hombre la responsabilidad no es menor, y siguiendo con la idea de este post, su mejor aporte además del ejemplo de una vida que de testimonio de integridad, va a brillar en la calidad de educación de su lenguaje, y creo que la imagen de cierre lo resume muy bien es la siguiente:

Para regalar un último ejemplo que además refuerce la imagen anterior y esté a tono con todo lo ya expuesto, conocí un padre que se jactaba que lo más importante que le enseñó a sus hijos fue ser buenos bebedores, ... y el resultado no se hizo esperar, esos muchachos eran perfectos borrachos, pésimos esposos y "copiaron" de su padre el modelo de faltar al trabajo los lunes por motivos de ebriedad, ya que trabajé con el hijo mayor de ese señor, que por ese modelo negativo, determinó el despido de su hijo por borracho, y que imagino que será el final en cada empresa que trabaje.
Para finalizar, si esta publicación va a ser empleada por maestros, como es una de sus finalidades, es importante que el docente prepare por anticipado situaciones empíricas que ilustren cada una de las imágenes de la marquesina, y, respecto a los adultos, es importante reflexionar sobre la conveniencia de retomar esas palabras o frases del protocolo de buena educación que le confieren elegancia a nuestra personalidad.



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